Un problema de importancia que se produce tanto en los hogares como en los hospitales es la aparición de úlceras por presión en aquellos pacientes que ven su movilidad reducida o que están totalmente encamados, lo que supone un empeoramiento de la calidad de vida de los que las padecen y de los familiares o cuidadores y además se produce una sobrecarga asistencial, debido a los servicios sanitarios y fármacos necesarios.
¿Qué es una úlcera por presión (UPP)?
Es una lesión que se desarrolla en la piel y en los tejidos subyacentes debido a la presión prolongada, fricción o cizallamiento o combinación de más de una. Inicialmente se produce una isquemia, es decir disminución de la circulación sanguínea por la arterias de una determinada zona, y si se prolonga en el tiempo acabará dando lugar a la necrosis y posterior ulceración de los tejidos, tanto a nivel de la piel como de planos más profundos, siendo las zonas de las prominencias óseas las más frecuentes en aparición de UPP.
Estas fuerzas que mencionamos anteriormente son unas fuerzas que actúan de diferente manera:
- Presión: actúa perpendicularmente a la piel debido a la gravedad y si la presión tisular aumenta de 32 mmHg (normal:16-32 mmHg) se produce hipoxia y acabará dando lugar a necrosis si no se trata.
- Fricción: actúa paralelamente a la piel y produce rozamiento.
- Cizallamiento: combina los efectos de la presión y la fricción.
También hay una serie de factores que facilitan la aparición de UPP, que son los factores permanentes y los variables, siendo los primeros aquellos que no admiten mejoría y acompañan a la persona durante su vida (edad y condición física) y los factores variables son los que admiten evolución a lo largo del tiempo y dentro de estos encontramos:
- Fisiopatológicos: se originan como consecuencia de un problema de salud (deficiencias motoras, trastornos inmunológicos...).
- Derivados del tratamiento médico: a causa de algunas terapias o procedimientos diagnósticos (tratamientos o fármacos con acción sedante...).
- Derivados de los cuidados y de los cuidadores: son los factores que incluyen actuaciones sobre el paciente (higiene inadecuada, falta o uso inadecuado de materiales...).
Fuente: blog enfermera ra ra ra |
Una vez que aparecen las úlceras podemos clasificarlas en diferentes grados según el tejido afectado, siendo el grado I el mínimo mostrando una epidermis íntegra, pero con presencia de un color rojo-rosado y edema y el grado IV el máximo afectando al músculo y puede alcanzar a las articulaciones.
¿Cómo se tratan?
El tratamiento de este tipo de úlceras se realiza en función del estadio en el que se encuentre y su proceso evolutivo, por lo que en el estadio I se aliviará la presión de la zona afectada mediante medidas de alivio como puede ser apósitos de espuma... y utilización de ácidos grasos hiperoxigenados y en los estadios más avanzados (II, III, IV) se debería realizar desbridamiento (eliminación de tejido necrótico, dañado o infectado), limpieza de la herida (con suero salino fisiológico), prevención y abordaje de la infección bacteriana, elección de productos que mantenga el lecho de la úlcera húmedo de forma continua y a temperatura corporal y es importante también mantener la piel perilesional intacta.
Pero lo mejor es la prevención de su aparición, ya que resulta más fácil que tratarla, por lo que si tenemos pacientes que su movilidad es difícil o nula, debemos hacerles cambios posturales y al hacerlo sin arrastrar, examinar la piel en cada cura o cambio postural, una nutrición adecuda, pues una alteración, ya sea por exceso o defecto, puede influenciar en su aparición y es muy importante mantener la piel limpia y seca.
En el siguiente vídeo habla sobre las úlceras, las zonas en las que son más comunes, la prevención y los cuidados de las úlceras.
Referencias:
Manual de prevención y tratamiento de úlceras por presión
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