Para lucir una piel joven y sana deberíamos replantearnos
que conductas o estilos de vida pueden estar dañando nuestra piel, la mayoría
de las cuales ni siquiera llegamos a imaginarnos. Nuestra piel es mucho más que un simple tejido
que recubre el organismo, es el órgano del cuerpo humano que más espacio
ocupa, y sí, has leído bien, nuestra piel es un órgano que tiene numerosas
funciones, entre ellas actúa como una barrera protectora
que ayuda a aislar a nuestro organismo del exterior; regula la temperatura del
cuerpo humano; funciona como un sistema de eliminación de numerosas substancias
como el sudor y la secreción sebácea… A continuación vamos a mencionar una lista de hábitos que pueden
afectar a la salud y al estado de la piel:
El maquillaje
El
maquillaje ayuda a ocultar defectos que tengamos en nuestro rostro, pero
debemos recordar lavarnos la cara siempre antes de dormir porque puede obstruir los poros de la piel y ocasionarnos
imperfecciones.
Fumar
El tabaco contiene
grandes cantidades de nicotina. Esta substancia es un alcaloide que favorece el
envejecimiento prematuro de la piel, puesto que dificulta una correcta
oxigenación y aporte de nutrientes a la misma a través de los vasos sanguíneos.
Tomar el sol
El sol en exceso es un gran enemigo de nuestra
piel, su radiación UVA e UVB puede provocar el envejecimiento prematuro de la
piel, manchas e incluso el aumenta el riesgo de padecer melanoma.
Alimentación
La alimentación es un aspecto clave el
en funcionamiento de nuestro organismo.
Consumir alimentos ricos en grasa conlleva al riesgo de sufrir acné
puesto que nuestra piel se vuelve mucho más grasa.
Dormir poco
Dormir lo suficiente es fundamental para nuestra piel puesto que durante el sueño nuestras células se renuevan,si no proporcionamos a nuestro organismo las horas suficientes de sueño estamos evitando la regeneración celular de nuestra piel.
Referencias:
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