A la hora de conciliar el sueño, no todo el mundo adopta la
misma postura, pero sea cual sea la forma en que dormimos debemos asegurarnos
de que nos permite realizar un buen descanso y sin problemas secundarios como
dolores de espalda… A continuación vamos a mencionar las más comunes:
Fuente: EL MUNDO |
- Postura fetal: es la postura adoptada por casi la mitad de
la población, en ella la persona se acuesta sobre un lado del cuerpo, con las
piernas y los brazos encogidos, es decir como un feto, de ahí el nombre de la
postura. Si solemos dormir en esta posición, debemos emplear una almohada
suficientemente alta para evitar lesiones o molestias cervicales.
- El tronco: consiste en dormir de lado, con los brazos
extendidos a lo largo del cuerpo. En esta postura se recomienda variar la
posición a lo largo de la noche para favorecer el flujo sanguíneo a todas las
zonas del cuerpo.
- El nostálgico: esta posición también consiste en dormir de
lado, pero a diferencia que el tronco, aquí los brazos se extienden hacia el
frente en ángulo recto con el cuerpo.
- El soldado: consiste en dormir boca arriba, sobre la
espalda y con los brazos a lo largo del cuerpo. Está postura es muy recomendada
puesto que es favorable para la espalda, y para nuestro rostro ya que se
asegura que reduce las arrugas y las líneas de expresión.
- Caída libre: esta postura consiste en
dormir boca abajo, sobre el estómago. Esta postura es la menos recomendada puesto
que puede producirnos dolor cervical, dorsal y lumbar, ya que todas las
articulaciones intervertebrales se comprimen demasiado.
- La estrella de mar: esta posición es la menos usada por la
población a la hora de dormir. Consiste en dormir boca arriba y con los brazos
rodeando la almohada. Se considera que esta postura es poco beneficiosa para
las personas obesas o con problemas respiratorios.
Referencias:
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